500° aniversario del anabaptismo

Diálogos en cuanto al bautismo de niños

—Andrew Ste. Marie

¡Ya son 500 años! En pocos días, el movimiento anabaptista llegará a su quingentésimo aniversario. El 21 de enero de 2025 marcará los quinientos años desde que Conrado Grébel bautizó a Jorge Blaurock basado en su confesión de fe. ¿Pero qué fue lo que llevó a este acontecimiento que cambió el mundo? 

Al acercarnos al 500º aniversario, únete a nosotros al marcar los aniversarios de los sucesos que nos llevaron a ese primer bautismo. 

El debate, previamente una herramienta útil para la reforma de Zuinglio, ahora se había tornado hacia dentro, hacia la reforma misma, tal como se había usado en contra de sus estudiantes y colegas, ahora el grupo radical se unió a Grébel. 

El grupo de Grébel y sus asociados rurales, tales como Wilhelm Reublin, aparentemente tuvieron cierto éxito en incitar interés público en cuanto al tema del bautismo de niños. Algunos padres estaban omitiendo el bautismo de sus hijos, lo cual creaba un problema en Zúrich. El concilio advirtió a estos padres, pero ellos se mantuvieron firmes, a como Grébel le escribió a Vadián: “Pidieron un juicio y rogaron y apelaron a las Escrituras”. Entonces, los concilios decidieron que se sostendría una serie de debates cada martes entre los oponentes del bautismo de niños y los tres pastores de Zúrich. 

Dos debates se llevaron a cabo en el mes de diciembre, 1524. No se tomaron récords oficiales de los debates, y solo quedan las fuentes parciales: La de Zuinglio y la de Grébel. No es de sorprendernos que ambos afirmaban haber ganado la victoria. Zuinglio escribió: 

En la primera reunión, la batalla fue severa, pero sin abusos, ya que nosotros especialmente tomamos sus insultos de buen modo. Que Dios y los presentes sean testigos, tanto de parte de ellos como de nosotros. La segunda batalla fue más severa. Algunos de ellos, ya que no podían hacer nada con las Escrituras, continuaron el asunto con abuso abierto. Cuando se vieron vencidos después de un conflicto considerable, y cuando los hubimos exhortado amigablemente, partimos de tal modo que muchos de ellos prometieron que no harían ningún disturbio, aunque no prometieron renunciar sus opiniones.[1]

El 15 de diciembre de 1524, Grébel escribió a Vadián: 

Estimado señor doctor, y cuñado: 

Lo que me pediste no lo pude hacer. La verdad no se puede limitar al tiempo. Por lo tanto, compréndelo en su mejor sentido. Este es mi deseo, que así sea. Otros que han comprendido la verdad divina respecto al bautismo no desean que sus niños sean bautizados. Han sido advertidos por los milores, pero han permanecido firmes. Luego pidieron un juicio y rogaron y apelaron a las Escrituras. Ambos Ayuntamientos entonces decidieron que todos los que dicen que el bautismo de niños es anticristiano y no quieren bautizar a sus niños deben presentar sus razones ante los tres pastores, y los pastores a su vez las suyas, en presencia de cuatro de los miembros de los Ayuntamientos. Zuinglio y los señores asignados para la obra han desobedecido todas estas instrucciones. Convocaron y abusaron del más sencillo, pero a la vez más cerca de Dios. Dios y el mundo saben cómo lo hicieron. Pero con la ayuda de Dios y su verdad, él ha avergonzado la sabiduría de ellos. Además, ambos Ayuntamientos han decidido nuevamente que deben reunirse como se había ordenado previamente.[2]

Después de dos debates del día martes, el concilio decidió descontinuarlos, y planearon un debate final público. Dos días después del debate del martes, Grébel escribió a Vadián: 

Zuinglio escribe sobre la “fuerza”. (…) Él, Zuinglio, escribe sobre los rebeldes y la rebelión; eso bien nos puede golpear. Ten cuidado, algo traerá. Que Dios prospere su verdad y justicia, y avergüence a todas las personas. (…) Por esa razón que Dios nos dé su perfecta misericordia para que obedezcamos, para que te sometas a su Palabra sin fingimiento y también obedezcas debidamente. De lo contrario, es de temer que la situación no sea tan buena como falsamente nos consolamos. El camino es estrecho. Demasiadas vestiduras dificultan la entrada. (…) Ellos van a escribir sobre los rebeldes. Van a ser conocidos por sus frutos, por expulsar y entregar a las personas a la espada. No creo que la persecución falte en venir. Dios, ten misericordia. Espero en Dios que me conceda la medicina de paciencia.[3]


 


[1] Ulrico Zuinglio, Refutation of the Tricks of the Catabaptists (Refutación de los trucos de los catabaptistas), 1527; tomado de Samuel Macauley Jackson, editor, Selected Works of Huldreich Zwingli (1484-1531) (Obras seleccionadas de Ulrico Zuinglio [1484–1531]), 1901, Universidad de Pensilvania, pág. 134

[2] Conrado Grébel a Vadián, 15 de diciembre de 1524; tomado de Harder, Leland, editor, Sources of Swiss Anabaptism (Fuentes del anabaptismo suizo), 1985, Herald Press, págs. 301-302. Utilizado con permiso.

[3] Conrado Grébel a Vadián, 15 de diciembre de 1524; tomado de Harder, Leland, editor, Sources of Swiss Anabaptism (Fuentes del anabaptismo suizo), 1985, Herald Press, pág. 302. Utilizado con permiso.

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