El noviazgo cristiano: el fundamento del matrimonio
- Inicia sesión o regístrate para enviar comentarios
- 5 vistas
—Marlin Kreider
¿Qué normas y procedimientos debe usar el cristiano para buscar a su cónyuge? Si sigue el modelo de la sociedad, no debe sorprenderse de que el resultado sea similar al de ellos.
Como cierto hombre dijo a sus hijos: “Si viven como el mundo, tendrán los problemas del mundo”. Muchos que dicen ser cristianos viven según el mundo. Y ¿cuál es el resultado? El porcentaje de matrimonios que terminan en divorcio es similar entre cristianos profesos y los impíos.
En este artículo queremos enfocar los métodos positivos que nuestros jóvenes deben considerar al buscar a su compañero de vida. Este es un asunto del hogar, pues creemos que los padres deben estar involucrados y ser consultados en esta decisión tan importante. Presentamos algunos principios básicos para tu consideración:
El noviazgo cristiano contra el enamoramiento
Si el joven sale con su novia solo para divertirse y socializar, a menudo conduce a una vida despreocupada, egoísta, y pecaminosa. Lo llaman una cita casual. Así se enamoran en el mundo. A este enamoramiento le faltan el enfoque correcto y la seriedad tan necesaria al buscar un cónyuge. Lo triste es que si este enamoramiento es la única base del matrimonio, solo abre el camino al divorcio y a las segundas nupcias.
El noviazgo cristiano comienza con un deseo serio de hallar la voluntad de Dios al buscar un compañero para la vida. Claro, puede haber citas durante el noviazgo, y no todos los noviazgos terminan en matrimonio, pero cuando todo se hace en el temor de Dios, ambos pueden discernir la voluntad de Dios, y en el proceso, respetan el corazón y las emociones del otro.
El respeto y la pureza en el noviazgo
Si somos respetuosos, mostraremos buenos modales y un comportamiento digno. El respeto y la confianza son fundamentos básicos para las relaciones a largo plazo. Si estos principios se violan en el noviazgo, no habrá un ambiente estable para un matrimonio duradero.
Antes de comenzar un noviazgo, los jóvenes deben haber experimentado una conversión espiritual. Un encuentro personal con Jesucristo libra al hombre del pecado y del egoísmo. Por medio del arrepentimiento y la fe, se hace una nueva criatura en Cristo (2 Corintios 5:17). Cristo (no el ego) y el Espíritu (no la carne) se evidenciarán en la nueva vida. Cristo, por medio del Espíritu Santo, ahora controla los deseos y pasiones.
Los jóvenes cuidadosos andarán en la luz, apartándose de las tinieblas de la noche. El amor verdadero sabe esperar. La belleza y la bendición de la vida íntima son reservadas para el matrimonio. Cuando se practica la intimidad durante el noviazgo, es evidente que la persona está enamorada consigo misma y usa a su pareja para su autogratificación. Es noble que la pareja se dé la mano al encontrarse o al despedirse, pero rechazamos cualquier contacto físico más allá de ello.
La Biblia y nuestra consciencia nos dicen que la modestia en el vestuario es un elemento necesario para el noviazgo puro. Las normas de conducta deben ser altas desde el inicio del noviazgo y mantenerse con cuidado a medida que se profundiza la relación y culmina en el matrimonio.
El varón debe asumir el liderazgo de la relación y prepararse para ser la cabeza del hogar. Debe dirigir la conducta con mucho cuidado. La novia debe contribuir al proceso con su vestuario modesto y su comportamiento sano.
La fe y los valores del noviazgo
Además de la decencia y la pureza, se requiere que ambos sean de la misma fe y convicción cristiana. Amos 3:3 dice: “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” La respuesta a esta pregunta es: “No”. 1 Corintios 7:39 dice que los cristianos pueden casarse “con tal de ser en el Señor”. Los novios deben dialogar y responder honradamente las siguientes preguntas: ¿Acaso tenemos metas y valores mutuos? ¿Somos del mismo sentir en cuanto al orden de Dios establecido en 1 Corintios 11:3, las finanzas, y las prioridades descritas en Mateo 6:33, la crianza de los hijos (Proverbios 22:6), y muchos otros asuntos
importantes? La comunicación franca debe establecerse en el noviazgo y luego crecer en el matrimonio.La lectura de la Biblia, el estudio, y la oración deben formar parte de sus citas. Esto pone las bases para la lectura bíblica familiar, tan necesaria en el hogar cristiano. También deben decidir, antes de casarse, a qué iglesia pertenecer.
Jovencita, pregúntate si el varón a tu lado es un ejemplo de sujeción a las autoridades en el hogar, la iglesia, y el trabajo. ¿Sabe dar dirección de la manera en que Dios lo diseñó (Lamentaciones 3:26-27 y Efesios 6:4)? ¿Sabe trabajar? ¿Es todo un caballero cristiano?
Joven, pregúntate si la señorita a tu lado es sumisa con su padre y con otros líderes. ¿Posee ella el espíritu afable y apacible (1 Pedro 3:3-5)? ¿Le gustan los niños? ¿Será buena madre o será ociosa y entrometida en lo ajeno?
Estas son algunas cosas que deben considerar. Sean realistas con sus expectativas. En general, los jóvenes están madurando al asumir más responsabilidades físicas y espirituales. Pregúntate si tu novio tiene las cualidades necesarias y si está caminando en la dirección correcta para ser tu compañero de vida. Verdaderamente, el matrimonio entre el hombre y la mujer es de por vida, y es muy importante tener cuidado en el noviazgo si queremos ser felices y cumplir el plan de Dios en nuestro matrimonio.
Las recompensas del noviazgo que agrada a Dios
La verdadera satisfacción permanente no se encuentra en el pecado de la inmoralidad, ni con múltiples parejas. La satisfacción verdadera se halla al seguir el plan de Dios, el cual incluye el dominio propio, la abstinencia de contacto físico antes del matrimonio, y el amor verdadero y la fidelidad en el matrimonio que dura hasta que la muerte los separe.
Mantener la pureza en el noviazgo se puede comparar con depositar tu dinero en el banco. Sin embargo, al final traerá intereses mucho mayores y grandiosos que el dinero, en la recompensa de una relación matrimonial realizada. Todos los que lo han experimentado lo confirmarán con un resonante “¡Amén!”
Para quienes no han recibido una enseñanza bíblica, o fueron rebeldes, o por alguna razón no mantuvieron la pureza moral, hay esperanza. Pero tienen que tomar el camino del arrepentimiento, apartarse del pecado, y regresar a Cristo para la salvación y limpieza.
Pueden alcanzar el perdón y comenzar una nueva vida hoy.
Si queremos matrimonios duraderos y hogares fuertes y firmes, debemos pedir a nuestros jóvenes que se apeguen a un alto estándar bíblico en el noviazgo. Nuestros hogares e iglesias deben mantener en alto la bandera de la pureza moral en la generación que viene. Nosotros, los mayores, debemos dar el ejemplo, apartándonos de las suciedades que aparecen en las pantallas de los
medios de comunicación, sea la televisión, las películas, el Internet, o los teléfonos. También debemos rechazar las modas de vestuario del mundo que desmoralizan a los jóvenes y todo segmento de la sociedad.
El verdadero cristiano y la iglesia de Cristo Jesús deben izar la bandera de la pureza y la santidad bíblicas. Nuestro futuro depende de esto. La pureza trae poder, victoria y utilidad. Los resultados de la impureza son obvios para las personas honradas. Nuestro mundo desesperadamente necesita un testimonio bíblico de una vida santa y de una conciencia que rechaza el pecado. Si nosotros no lo hacemos por la gracia de Dios y su poder, ¿quién lo hará?
Tomado de Una mano amiga 6 (usado con permiso).