¿Qué solución hay para mi vicio del alcoholismo?

¿El alcohol está destruyendo tu vida? Seguramente ya sabes cómo se siente volver vez tras vez, después de prometerte a ti mismo o a tu familia, que no lo volverías a tocar. En Proverbios 23, al final del capítulo se describe la vida del alcohólico. El último versículo de la porción dice: “cuando despertare, aún lo volveré a buscar”, referente al alcohol. Muchos viven este ciclo desesperante de adormecimiento y hasta euforia, seguido de la resaca tan feroz.

No existe ninguna receta fácil para escaparse de este profundo abismo de desilusión, pero sí hay esperanza. Toma los siguientes pasos, para liberarte de este vicio cruel.

1. Aborrece el vicio y tu carne débil. No basta solo aborrecer el guaro —pues, todo borracho lo aborrece—. Tampoco basta solo aborrecer los efectos tan tremendos que genera este vicio atroz, y todo alcohólico los conoce íntimamente. La pieza faltante es también aborrecer la carnalidad en ti mismo, esa ardiente sed que te hace volver vez tras vez al mismo fango. Al enfrentar tu propia pecaminosidad, el arrepentimiento verdadero te hará estar dispuesto a tomar cualquier paso, por difícil que sea, para hallar la libertad. 
2. Busca a Dios. Aunque hay algunos que dejan de tomar sin tomar en cuenta a su creador, sabemos que la ayuda de Dios para vencer este vicio es importantísima. Cuando el alcohólico regresa a su bebida, la abrumante sed que siente representa una sed inconsciente de Dios. Se ha visto testimonio tras testimonio de personas que logran dejar el vicio casi de manera sobrenatural con la ayuda de Dios. Los que dejan de tomar por su propia fuerza, tienden a volver al alcoholismo en algún momento de gran dificultad o tristeza. Los que verdaderamente le entregan su vida a Dios pueden llegar a olvidar el vicio por completo. Hay muchos ex alcohólicos que hoy en día ya ni recuerdan el pasado. 
3. Aléjate de tu vieja vida. No creas que con una sola decisión basta para dejar de tomar. Tendrás que cultivar un estilo de vida diferente. Al cortar comunicación con los viejos amigos, ellos se burlarán de ti, pero ten por seguro que no buscan tu bien. ¡Siempre te recetan más guaro! Quizá puedas conseguir trabajo en un lugar apartado, mientras tu fe en Dios crezca y cobres fuerza espiritual en contra del pecado. Acércate a una persona que te sea de ejemplo y de verdad quiera ayudarte. 
4. Busca ayuda de otros. Cuando trates de vencer el mal por tu propia cuenta, recuerda que Dios no nos hizo una isla. Podemos y debemos buscar ayuda. Hay clínicas que ayudan a amortiguar los efectos de la abstinencia alcohólica. Hay amigos o hermanos que desearán apoyarte, pero no saben cómo expresártelo. Muchas veces lo que falta es la decisión propia de buscar ayuda. Cuéntales a familiares y amigos cómo deseas ayuda. Lo ideal es hallar un grupo de apoyo en una iglesia bíblica para romper el terrible ciclo del vicio. 
5. No temas ser vulnerable. Sé muy franco con tus mentores, y no temas contarles tus dificultades con honradez. No trates de crear expectativas inalcanzables, y recuerda que somos humanos propensos a regresar al pecado. Los que reconocen su debilidad tienen una gran ventaja en la lucha con el alcohol. Tu corazón transparente y humilde permitirá que tu grupo de apoyo te ayude a vencer las tentaciones y olvidar la vida pasada. 
6. Pon metas para tu vida. Lo más deprimente para el hombre es carecer de propósito en la vida. Cuando solamente trata de no pecar, termina el enfoque en lo que trata de evadir. Con metas y trabajos alcanzables, la persona puede sentirse útil en la obra de Dios. Cuando la persona prueba la victoria y halla utilidad en lo que hace, siente la realización completa de llevar la vida según el propósito de Dios. ¡Esa es la razón por la cual él nos creó!

No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu (Efesios 5:18). 

Estimado amigo, quisiéramos oír de ti y de tu viaje hacia la sanidad. Esperamos que encuentres la libertad completa que ofrece nuestro Salvador. El deseo de Dios es que sus hijos logren vivir de manera realizada el plan que él determinó para cada uno. ¡Por parte de él no hay atraso!