
- 11324 vistas
Si Jesús nos regenera o cambia nuestra naturaleza pecaminosa, ¿por qué aún tenemos dicha naturaleza?
A pesar de que he leído varias veces el libro de Romanos, no he logrado comprenderlo a fondo. He aprendido que, al nacer de nuevo, Jesús limpia nuestros pecados, renueva o regenera nuestro espíritu al igual que nuestro corazón, y nos da poder para vencer el pecado. Sin embargo, en otros libros he leído que aún tenemos la naturaleza pecaminosa, y me pregunto por qué razón, si Jesús nos dio una nueva naturaleza.
No podemos tener dos naturalezas, ¿o sí?
Al hablar de la naturaleza del hombre, entendemos que, como hijos de Adán, nacemos con la naturaleza pecaminosa. Sin embargo, Jesús vino para darnos de su Espíritu y liberarnos del pecado, como lo explica Pablo: “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna” (Romanos 6:22).