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Respuesta
Cuando Pedro comenzó a compartir las Buenas Nuevas del evangelio hace dos mil años en Jerusalén, en el día de Pentecostés, el mensaje era muy sencillo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38).
 
     
 
   
   
   
   
 
 
 
 
 
 
 
 
