¿Qué es la doctrina de la no resistencia?
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Jesús, en su primera venida, viene representando un cordero indefenso e inocente. Antes de regresar al cielo, en la noche de su traición, nos deja muy claro que los cristianos no debemos defendernos con la espada. Durante su vida de servicio, más bien nos enseña a amar a nuestros enemigos y bendecir a los que nos maldicen (Mateo 5:44). Es voluntad de Jesús que los cristianos en todo lugar sigan sus pisadas. Cuando los llamados cristianos empuñan la espada, quizás en nombre de cierta patria o en defensa propia, pierden la bendición de formar parte del reino pacífico de Dios. Las mismas palabras de Jesús aún hoy resuenan en nuestros oídos: "todos los que tomen espada, a espada perecerán" (Mateo 26:52).