¿Qué dice la Biblia en cuanto a los tatuajes?

¿Es impropio que el creyente se tatúe?

Respuesta

En la primera epístola de Pedro, capítulo 3, versículos 3 y 4, hallamos un mensaje práctico para nosotros los que llevamos la imagen de Dios. “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. (énfasis nuestro)” 

Seguimos leyendo en 1 Timoteo 2:9-10: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”. 

Vemos que Dios verdaderamente no necesita accesorios o pinturas para ver bella a una persona. Más bien, estima mucho el adorno interno, el del corazón. Comprendemos que a Dios le agrada vernos tal a como somos naturalmente. Y hay una razón especial por esto: “¡Él nos hizo a su imagen!” Si Dios hubiera querido accesorios para resaltar la belleza, bien las habría podido añadir al crearnos. Mejor dicho, ya nos añadió todos los accesorios necesarios para la belleza perfecta. 

Los que pensamos cambiar nuestra imagen mostramos inseguridad o falta de contentamiento con la imagen que Dios nos dio. Y al ver la gran variedad en los rostros que Dios hizo, más bien apreciamos otro atributo de Dios: su creatividad y su deseo de crear personas únicas. Personas diferentes a las demás. 

En la Biblia, hay muchos ejemplos donde los pueblos paganos ornamentaban, horadaban y marcaban sus cuerpos, y leemos que el pueblo de Israel aprendió estas costumbres. Por cierto, en Levíticos 19:28, Dios claramente se pone en contra de los tatuajes. “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová”. Aunque en otras partes del Antiguo Testamento leemos que Dios sí permitió cierta joyería y ornamentación en aquel entonces, con la venida de Jesús y su Nuevo Pacto, podemos ver con más claridad lo que Dios desea para sus hijos. El estándar de belleza ha sido elevado. 

Hoy día, al ver el deseo de Jesús para nosotros, como hijos de Dios no añadiremos adornos externos para la belleza, para atraer atención a nosotros mismos o para cambiar nuestra imagen que Dios nos dio. Deducimos que los tatuajes entran en la categoría de adornos. Hoy somos conscientes de que hemos sido creados por Dios a su imagen, para que seamos la novia de Cristo, así como Eva fue hecha a la imagen de Adán, para él. Al comprender los deseos de nuestro esposo, nos ocuparemos en ornamentar nuestro corazón. Es lo que Dios tanto quiere ver en nosotros. 

Por cierto, si tenemos algún defecto físico, y nos sentimos inferiores a los demás, podemos recordar que en nuestra resurrección física al final de los tiempos, los defectos se redimirán a la belleza completa. Todo adorno externo será irrelevante. 

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