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¿Por qué, si la Biblia es la Palabra de Dios, hay discrepancias entre algunas porciones?
Por ejemplo: 2 Samuel 24:1 dice que Jehová incitó a David para que hiciera el censo indebido, mientras 1 Crónicas 21:1 dice que fue Satanás.
Creemos que la Biblia literalmente es la Palabra de Dios. El aliento (Espíritu) del Todopoderoso está en cada una de sus páginas, aunque fue compilada a través de mil quinientos años y anotada por unos cuarenta autores. Si bien, hay lo que parecieran dificultades entre pasajes del texto, sabemos que, en sus escritos originales, la Biblia es infalible.
Responder esta pregunta ampliamente requeriría una larga respuesta. Para entender qué sucede en esta aparente discrepancia, volvamos al relato de Job, un posible contemporáneo de Abraham, donde sucedió algo parecido.
En el antiguo libro de Job, Satanás se presenta ante Jehová, y Jehová destaca a Job como un creyente valiente. Satanás le pone un reto a Jehová, y después de esta conversación entre ambos, Satanás baja a la tierra y destruye las posesiones de Job. En la siguiente entrevista en la sala del trono, Jehová habla primero: “[Job] todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa” (Job 2:3).
En esta situación vemos que Jehová toma cierta responsabilidad por el suceso de Job. Al permitir lo que pareciera una ruina arbitraria, Jehová nos asegura que él siempre tiene todo bajo su control. Bastó su Palabra para detener a Satanás de que destruyera a Job por completo, lo cual habría hecho con gusto.
Entonces, ¿quién incitó a David para que hiciera el censo? ¿Jehová o Satanás? Deducimos que fueron ambos, al igual que sucedió con Job, pues 2 Samuel enfoca la parte de Jehová y 1 Crónicas la de Satanás. Al mostrar diferentes perspectivas del mismo suceso, la Biblia enriquece el relato, dándonos un cuadro más completo de lo sucedido.